domingo, 24 de noviembre de 2013

Aire para mis penas.

El problema de tener una vida perfecta es que puedes dejar de tenerla de un momento a otro.

Resulta tan doloroso pasar de tenerlo todo a no tener nada que no podría expresarlo aquí. Te levantas una mañana y de golpe tu mundo se ha venido abajo, todo lo que creías que importaba es secundario y entiendes que aquello a lo que no le echabas la cuenta que merecía era lo más grande que tenías en la vida.

Duele más aún cuando que pase todo esto es culpa tuya.

Este momento de mi vida se titula calle de la amargura, avenida si me apuras, sin cruces.

Sin ninguna salida.

En esta triste calle en la que me encuentro cualquier pequeño detalle, por ínfimo que sea que consiga sacarte una sonrisa tiene un valor especial, por ello me gustaría agradecer a Manuel Jesús Guerrero Marín que lo consiga con su música. Con su magnífica música.

Que me haga creer que aunque a veces la eternidad no dura para siempre, cuando el arrepentimiento no sirve, tras la negación aún se puede creer en una vida de esperanza.

En esta ocasión lo ha conseguido con su nueva marcha, ''la última oración''. En las últimas estaba yo cuando la escuché por primera vez; cabizbajo y con la mente en blanco, pero entonces llegó presentación, llegó su marcha nueva, y durante esos casi 4 minutos dejé de pensar en todo lo malo que me rodea para pensar: ''serán cabrones'', así de simple, así de sencillo.

No voy a descubrir yo ahora a la mejor banda de CCyTT actual.




De obra de arte en obra de arte, al menos así lo veo yo y la verdad; no me importa absolutamente nada como lo vean los demás. Felicitar al artista que no para de acertar marcha tras marcha y a esa banda que día tras día demuestra que cuando parece que ya no lo pueden hacer mejor vuelven a tocar y suben aún más el listón.

Las demás deben conformarse con pasar por debajo.

Cada vez que la escucho vuelvo a creer un poco más en la eternidad, a tener un poco mas de fe en el arrepentimiento, a pensar que las negaciones no son para siempre y a sentir que una vida de esperanza es posible.

La calle de la amargura se hace tres minutos y cuarenta segundos más pequeña.

Ahora mismo estoy muy lejos si, pero Presentación y en particular Manu me ponen la banda sonora para que cada kilómetro sea menos duro, el final del camino merece la pena.


Mi tierra prometida


Solo queda pedirle ayuda a quien más cerca me dejó de ella la última vez. 

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